viernes, 4 de agosto de 2017

Alexo

 

 Resultado de imagen para alexo faría

 Cómo me duele esta muerte. No tuve el valor de irlo a ver. La única vez que hablé por teléfono con él, su voz había envejecido hasta hacerse irreconocible. Fueron muchos años compartidos. Muchas ideas amalgamadas. Creo que lo conocí en los 70, los gloriosos 70, en los pasillos de la FCES. Fuímos vecinos por muchos años aunque jamás nos visitamos pero solíamos encontrarnos con frecuencia en el trajinar de los días. Recuerdo cuando en abril del 2002 me preguntó "dónde era la cosa" en referencia a dónde estaba la resistencia contra el golpe de Carmona y yo le informé de Yaguno II (Frente a Panorama). Allí nos vimos en esas interminables horas que sellaron el destino de nuestro país y de cada uno de nosotras y nosotros. Alexo era un asiduo de los café; me cansé de verlo en el querido y recordado Kabuki (hoy converido en escombros y que nos quiebra el alma porque nos estamos quedando sin memoria física de la ciudad). Igual llegué a verlo en alguno de los BAMBIS cuando estos todavía existían. En sus últimos años Piamonte era su lugar de conversación. 

Era un amante del ajedrez, tambien de los libros y la cocina. Era un lector apasionado. La última vez que conversamos tocamos un tema que yo desconocía: no solo le gustaba preparar sabroso platos para su familia, su esposa y cuatro hijos, alguno de los cuales ya no están en el país, sino que amaba los utensilios necesarios para perparar cualquier exquisitez, me habló de su pasíon por los sartenes y las ollas de buena calidad, me habló de su gusto por todos esos artilugios que hacen grato a los fogones. Me habló también de su pasión por los libros y ese no tener ya casi espacio para ellos. Quienes amamos este objeto cultural, sabemos lo duro que es desprendernos de ellos. 

Hablamos también de política y de su descontento con Maduro y sus medidas o la ausencia de ellas. Hablamos de la batalla que estaba ganando su esposa contra el cáncer. Hablamos en una cola de un supermercado como jamás lo habíamos hecho y como jamás lo volveríamos a hacer. A los pocos meses me enteré de su enfermedad y sabiéndolo robusto y fuerte  jamás pensé - en ese momento- que no ganaría esa batalla. Me equivoque, lamentablemente. 

Recordaré siempre esa voz energíca y potente que tenías. Siempre me pareció un vikingo con esa barba y su estructura atlética. Recordaré muchas imagenes. Te recordaré caminamos por caminos paraleos todos estos años, cerquita. Te recordaré como si nunca te hubieras ido. Descansa en paz  Alexo.