Fui al cine a ver con mucha expectativa a Habana Eva
de Fina Torres y la verdad, se quedaron
cortas las recomendaciones. La única película que había visto de esta directora,
era más que suficiente para tenerla como una de nuestras mejores realizadoras. “Oriana”
significó para mi un antes y un después en el cine nacional y esta obra, vuelve
ser un punto de inflexión.
La primera
sorpresa que me llevé, fue ver la sala un 50 % llena, lo cual para mi es todo
un record, ya que cada vez que voy a ver una película venezolana, puedo contar
los asistentes, casi todos conocidos. En esta oportunidad, salvo unas alumnas
que entusiasme en la entrada, no vi a más nadie y eso, es un buen indicador de
que el cine nacional comienza a tener audiencias.
Un texto sin contexto es un pretexto y Habana Eva
logra con maestría manejar el contexto de
Cuba y Venezuela, casi que diría del Caribe, por eso el título del artículo.
Allí se desgrana con habilidad de costurera, de bordadora, los modos de vida, las
formas de ser, las maneras de amar, la música, esa
forma única de mezclar la realidad con la ficción, los sueños de los
hombres y mujeres nacidos en este lado de planeta, conectados por ese Caribe
que nos contiene y nos explica.
En esta obra resaltan dos elementos puntuales que
permiten perfilan, la propuesta cinematográfica de Fina Torres: la feminidad y
el humor, los cuales encontraron en esta historia el marco perfecto para potenciarse como un discurso que nos expresa
como caribeños, con sociedades parecidas y diferentes, con procesos políticos
parecidos y a la vez, diferentes.
Pero sobre todo, es un canto a la feminidad, que con tanto acierto ya había plasmado en
Oriana con la siempre recordada Doris Well.
Aquí la responsabilidad recayó en la venezolana Prakriti Maduro (vaya
nombre), quien lo hizo muy bien y en la cubana Yuliet Cruz…. que hace de
jinetera, pero antes que eso, es mujer.
No es una película inocente, pero no es la política
su norte y eso es mucho en un país tan polarizado como el nuestro, donde el sólo
hecho de que Fina hubiese aceptado trabajar con La Villa del Cine le generó más
de una crítica, pero ella demostró que realmente lo que existe es un cine bueno
o un cine malo, lo demás es panfleto, lo demás es excusa.
Habana Eva es una campana que logra entender el
momento, que entreteje diversos discursos, que nos habla de una realidad con
miles de aristas, pero sobre todo nos habla de un lenguaje común, de una
cultura en común. Tal vez eso explique porque, aun antes de ser estrenada en el
país, ya se ganó el premio a la mejor
película internacional del Festival de Cine Latino, realizado en Nueva York el
pasado 2 de agosto.
Si es verdad que el arte sirve para hacer más
llevadera la vida, pues no hay duda de que esta nueva película de Fina
Torres cumple tal cometido. Hay que irla
a ver y de ser posible, más de un
vez.
1 comentario:
Será vista. Gracias por la recomendación
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