Este 28 de agosto Luis Hómez cumple 20 años de ausencia. Dicen que 20 años no es nada, pero qué de cosas han pasado en todo este tiempo, cuánto ha cambiado el país, la política, sus actores. Qué de volteretas ha dado la vida.
Han cambiado tanto las cosas, que aquella frase de
Neruda “Nosotros los de entonces, ya no somos los mismos” pierde su poesía y se
transforma en un vulgar pragmatismo, que hace dudar sobre si alguna vez de
verdad, muchos de los militantes del Movimiento Al Socialismo, creyeron en esa
posibilidad.
Luis Hómez, quien murió a los 42 años de edad, fue considerado el
Defensor del Zulia y El Primer Valiente. Luchó en su corta e intensa
vida política contra la corrupción en todas sus dimensiones. Así, enfrentó a
las tribus judiciales, a las mafias lecheras e inmobiliarias, a la corrupción
policial, a los desastres ecológicos. También peleo por la necesidad de rescatar
a la zulianidad como eje central de la política en la región,
entre otros.
Su actuación logró poner presos a jueces y empresarios
que hasta ese momento eran intocables. Consiguió también sensibilizar a la
opinión pública, a algunos organismos
tomadores de decisiones y a actores políticos sobre la necesidad de enfrentar
la corrupción, estuviera donde estuviera. A “enderezar entuertos” como solía decir.
Denuncias, redes y marañas
En el año 1986 Luis denunció el famoso caso de Los pozos de la muerte, que luego
terminaría siendo uno solo. Allí logró demostrar que los cuerpos de seguridad
del Estado utilizaban esos pozos para “saldar cuentas pendientes” con terceros
mediante ajusticiamientos. Allí se encontraron 5 cadáveres, dos de los cuales
no fueron reconocidos. Los responsables de estos asesinatos eran miembros de
las FAP, la cual era dirigida en su momento por el general Gustavo Fischer Godoy, quien fue destituido gracias a la labor de Luis y
es aquí donde la teoría de las redes se hace presente. Veamos.
Para ese año el gobernador del Zulia era Omar Barboza, designado por Jaime Lusinchi, quien
intentó banalizar este descubrimiento afirmado que lo que había en los pozos
eran “unos huesos de vaca”. Luis demostró hasta la saciedad lo falso e infame
de esa afirmación y en consecuencia el encubrimiento que, como primera
autoridad regional, realizó ante estas desapariciones y posteriores asesinatos.
Desde la gobernación del Estado Zulia, Omar Barboza apoyó la candidatura de Beto Finol (su principal financista) para
el parlamento nacional, quien era el jefe del gang de la leche como lo
definió Luis, el cual junto a Américo
Araujo, Secretario general de AD y diputado regional, habían convertido al
Zulia en una hacienda de su propiedad. Era el tiempo de “los bachacos”.
Beto Finol fue denunciado por Luis en el parlamento nacional,
ante lo cual “renunció a AD”. Hoy sigue siendo un “prospero comerciante” con
muchos amigos en la clase política asociada a la MUD, a la oposición. No es
candidato a ningún cargo, pero posiblemente no lo necesite. Américo Araujo, por su parte, perdió
gran parte de su poder con la caída de Beto.
Hoy, Omar
Barboza es candidato a Diputado Nacional por un UNT, apoyado, entre otros
por muchos de los que, desde el MAS años atrás, acompañaron a Luis a enfrentarlo
y denunciar los asesinatos y desmanes que se cometieron en el Zulia cuando fue
gobernador, pero que hoy prefieren olvidar, obviarlo.
Igual ocurre con Mervin
Méndez, copeyano, exconcejal y exalcalde
de Ciudad Ojeda y actual candidato por la oposición al parlamento regional,
quien fue denunciado por Luis en 1989 por haber encontrado graves actos de
corrupción en su gestión como concejal, avalada la denuncia por la Asociación
de Comerciantes de la región (ACIL).
De Omar Barboza a Álvarez Paz, pasando por Rosales
En el año 1988, siendo aún Omar Barboza gobernador del Zulia, Luis también denunció a Clemente Rojas La Rosa, director regional
de la DISIP, por su participación en el negocio del narcotráfico. Este contrató para su defensa los servicios del
abogado Álvaro Castillo Zeppendefeldt,
no obstante lo cual no pudo evitar que fuese destituido.
Este abogado fue denunciado por Luis Hómez en su
libro “Cómplices y testigos” con el
nombre de Bárbaro Palacios como uno de
“de los principales agentes de corrupción en el estado Zulia, cómplice
además del Juez del Manuel del Moral Labarca (uno de los cinco e jueces que logró
destituir). Militante de AD, le daba vida a aquella máxima de El Libertador: el
talento sin probidad es un azote”.
En el año 2009, Álvaro
Castillo fue el abogado defensor de Manuel
Rosales en el juicio que se le sigue por enriquecimiento ilícito. “Las
pruebas presentadas por la fiscalía indican que, Rosales, aprovechándose de su
condición de gobernante municipal y regional desvió los fondos de la nación a
favor propio, de sus familiares y amigos”, señala parte de la acusación.
Como Gobernador del Zulia, Manuel Rosales contrató también a Henry López Sisco como asesor de Seguridad. Este policía ha sido
denunciado por la participación de las masacres de Yumare (1986), El Amparo
(1988), El Caracazo (1989), Cantaura y por el acoso a la embajada de Cuba en el 2002, cuando el golpe de estado. Todo
indica que fue alumno destacado de los terroristas anticastristas comandados por Posada Carriles, quienes en los 60 y 70
coparon los cuerpos de seguridad del estado. Se fugo del país y al parecer está
exiliado en Costa Rica.
Manuel Rosales también se fugó del país
el 2009 y se encuentra en Perú, donde pidió “asilo político”. Desde allí, sigue
moviendo los hilos de la política regional, imponiendo sus candidatos a la
Asamblea Nacional y a su esposa como candidata a la alcaldía de Maracaibo,
apoyados por la MUD, integrada por mucho de sus excompañeros de partido y de
causa.
Por su parte, Clemente
Rojas se fue de la región y en 1997 regresó a Maracaibo a trabajar como
jefe de Seguridad del Hotel El Paseo, propiedad de Heraclio Montiel, cuñado de Oswaldo Álvarez Paz.
En 1989 se realizaron en el país las primeras
elecciones para gobernadores en el país. Luis era una fija. Todas las encuestas
lo señalaban como seguro ganador en el Zulia, no obstante haberse presentado
los primeros síntomas de su enfermedad. La elección se dio y Oswaldo Álvarez Paz “resultó ganador”. El otro candidato era Omar Barboza.
Diecinueve (19) años, en el año 2009 después, Ángel
Monagas escribió en su blog “Juicio a la noticia” como él fue testigo de la estafa que COPEI y
AD cometieron en contra de Hómez y sus seguidores en los cenáculos del CNE.
Como Oswaldo había ganado con
fraude, apoyado por Omar Barboza y AD.
Hoy Álvarez Paz es un “paladín de la
democracia”, avalado por muchos de
aquellos a quienes estafó cuando le robó el triunfo a Luis. Así son las cosas.
Por todas estas razones es que parodiando a Funes, el memorioso, de Borges, digo Luis, el incomodo, porque mucho de sus
seguidores, amigos y compañeros de partido, han preferido olvidar a estos
corruptos, a estos combates, a estos ejemplos. Prueba de ellos es que casi
ninguno recuerda su aniversario, ni de vida, ni de muerto. Para muchos, es más
cómodo olvidarlo, puesto que gran parte de ellos o hacen vida o apoyan a los que él denunció y combatió, quienes siempre
estuvieron vinculados a AD y COPEI y hoy
con sus derivados, como el Nuevo Tiempo
o Primero Justicia.
Pero allí está la historia, allá están sus libros, su
biografía (http://www.analitica.com/bitblio/gonzalo_vegas/memorial.asp) un video (http://www.youtube.com/watch?v=irVrXB1wyRE) la memoria oral de la gente que no olvida, que sabe
bien cómo fueron los combates de Luis
Hómez, a quién enfrentó y sí muchos de su compañeros del MAS hoy prefieren
obviarlo por incomodo, pues muchos y muchas lo seguimos recordado como un faro,
como un referencia ética ineludible en este Zulia irredento y memorioso, donde el ejemplo de Luis sigue vivo no sólo como
pasado, sino como presente en la escuela que lleva su nombre, en la placita, en
el corredor vial, en una calle, en el Golfito, en La Chamarreta, en El Pinar, El Gaitero, en tantos y tantos sitios, donde quedó sembrado para siempre.
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