sábado, 25 de febrero de 2012

Adilfer, de nuevo


Hace ya más de 365 días que Adilfer no está con nosotros. Seguramente la mayoría de los que lo conocimos no hemos dejado de recordarlo.

Su memoria atraviesa la memoria de muchos y se convierte en referente permanente de lo que fuimos y quisimos ser. Con él recorrimos los caminos de la política, de la música- su gran pasión, entre otras- de la rumba, pero sobre todo los caminos de la amistad.

Adilfer siempre fue como un faro para nuestra generación. Aun en las cosas que no compartíamos podíamos dialogar. Era denso y humilde. Combinación no muy frecuente. Era pasional al extremo. Podía hacer punto de honor de las cosas más nimias, pero contentarse inmediatamente sobre todo si con quien había discutido era su amigo.

Tenía de la amistad un concepto profundo y casi eterno. Sus grandes amigos y amigas los conservó hasta el final, no exentos de diferencias, porque hizo de la reflexión y la polémica un modo de ser.

Adilfer era un militante de los sueños. Siempre cargaba un proyecto bajo el brazo. Así su legado material está lleno de libros, de ensayos, poesías, de cosas por hacer que ahora tenemos casi la obligación de divulgar para que esta memoria no se diluya y trascienda más allá de sus amigos y familiares.

Este acto es una reafirmación de todo lo que él fue, pero sobre todo debería ser un acto de reafirmación de nosotros mismos, de seguir siendo lo que somos sin traicionarnos, sin negarnos, más allá de nuestras ubicaciones políticas y sociales, más allá de nuestros amores y nuestros odios debe estar el recuerdo eterno de Adilfer Gotera, que hizo de su vida un goce y un disfrute permanente, pero también un acto de reflexión que no terminó nunca.


MGV

jueves, 16 de febrero de 2012

¿El CNE: empresa de servicio o PODER ELECTORAL?



Desde que dieron los resultados de las primarias, sentía que algo no me cuadraba con el CNE. Algo que no podía describir, pero que mis neuronas calificaban de ruido. En fin, sentía que algo faltaba en ese rompecabezas.

Así, entre declaración y declaración, entre programas y programas, entre explicación y explicación comencé “a ver” cuál era el ruido. La presidente Tibisay Lucena afirmaba que el CNE solo “garantiza plena transparencia en las fases en la que prestó apoyo a la MUD”. Pero el detalle está, el detallazo mejor dicho, en el hecho de que la MUD no hace esa acotación sino que de una vez afirma que el organismo avala todos los datos y así, una media-verdad, queda consagrada como una verdad absoluta.

Y entonces comienzo a preguntarme ¿qué es el CNE: una empresa de servicios, que en este caso alquila maquinas para votar o un PODER ELECTORAL, encargado de velar por la transparencia de los procesos electorales en este país? Que alguien me lo aclare por favor, a ver si salgo de este limbo.

Según leo en su página web “El Consejo Nacional Electoral es el ente rector del Poder Electoral, responsable de la transparencia de los procesos electorales y referendarios; garantiza a los venezolanos y las venezolanas, la eficiente organización de todos los actos electorales que se realicen en el país y en particular, la claridad, equidad y credibilidad de estos procesos y sus resultados para elevar y sostener el prestigio de la institución electoral. Noble propósito para mantener vivo en los ciudadanos y ciudadanas, el afecto por la democracia, en cuanto al sistema más adecuado para una pacífica convivencia en sociedad”

Si esto es cierto, y hasta ahora lo ha sido, cómo es que ahora el CNE puede darle aval Y GARANTIZAR LA CREDIBILIDAD a unas elecciones que no monitoreó hasta el final, es decir hasta la entrega de resultados y que estos cumplieran con los estándares de trasparencia y legalidad que todo proceso debe tener.

¿Cómo un Poder Electoral, según declara su presidenta el 13-2- 2011 en el portal del organismo, puede haber participado en la ” entrega del Registro Electoral al 30 de octubre de 2011; despliegue de infraestructura y material electoral, diseño y producción de boletas electorales, producción de máquinas de votación, preparación e impresión de cuadernos de votación, capacitación de miembros de mesa, activación del Plan República, despliegue de operadores y técnicos electorales, transmisión y totalización de los votos, así como entrega de resultados”  pero no en la validación final, garantizando los resultados (como lo señala en su definición como organismo) es decir en la fase más importante, puesto que allí es donde más  hace falta avalar su transparencia y legalidad?

Sigo preguntando y que alguien me aclare, porque a lo mejor soy yo la que no entiende, porqué el CNE “no puede convertirse en garante de aquellas fases en las que no tuvo acción alguna como lo fueron el proceso de postulación, el voto manual en 61 mesas electorales y el voto en el exterior”. ¿Con qué se come eso? ¿No pensaron, dado el comportamiento de la oposición en otros procesos, la posibilidad de un fraude, de una trampa en esa fases?  Obviamente no.

Es decir que nosotros tenemos un PODER ELECTORAL que ha organizado múltiples elecciones en el país en momento de casi quiebre institucional, que hizo del voto electrónico una realidad en este país, contra todo pronóstico, que logró convertir a esa tecnología en una aliada del hecho democrático, dotando de confianza y seguridad al sufragio venezolano, ahora ha devenido en una empresa prestadora de servicios, que alquila maquinas de votación, pero que no puede  supervisar las fases finales.  ¿Cómo es eso?

Las pruebas parecieran ser contundentes y las matemáticas imbatibles, pero no se podrá hacer nada al respecto, puesto que no hay pruebas en el organismo y las que tenía la MUD, fueron destruidas. Si ni siquiera el TSJ pudo  parar la quema inminente. Visto así, no hay nada que hacer, salvo prepararnos mejor para octubre y que no nos vuelvan a meter otro jonrón o un gol, como a usted más le guste. Qué de b….

Morelis Gonzalo