sábado, 24 de mayo de 2014

Alonso....































Alonso se fue este 13 de marzo de 2014 y ese día yo sentí - una vez más- que no solo me quedaba más sola, sino que me estaba mutilando poco a poco. Ya nadie más estará ese espacio que solo él llenaba. Fueron más de 45 años de amistad, de hermanarnos en muchos dolores y alegrías, de ser cómplices, de reírnos sin fin, de sentir que la vida valía la pena si tenía un amigo como Alonso. Aún hoy no puedo creer que no volveré a estar con él. Lo he llorado hacia adentro, como nunca lo había hecho con nadie, con un llanto seco e interminable. Sueño con él con una frecuencia que me asombra, como no ocurrió en vida. Pienso en él casi todos los días, pero no que está muerto. Hablo con él, de todo o casi todo. Siempre me gustó su optimismo, sus ganas de vivir aun en los momentos más aciagos. Converso como si estuviera aquí. Intento con ese gesto hacerlo presente, vital, negarme a su desaparición, a su ausencia. Soñamos con envejecer juntos allá en Punto Fijo. Su Punto Fijo, esa ciudad donde encontró su paz y su tranquilidad. No termino de imaginarme a esa ciudad sin él. Tampoco mi vida.